sábado, 31 de marzo de 2012

¿QUÉ ES LA HUMANIZACIÓN DE LA SALUD?

Mientras se concluye la I Edición del Post-Grado de Humanización de la Salud en nuestro Instituto Superior Nivariense de Humanizacion de la Salud, y se prepara la II Edición que comenzará el próximo mes de octubre de 2012, les dejamos unas notas de D. José Carlo Bermejo sobre lo que se entiende por Humanización de la Salud.

Una afirmación frecuentemente escuchada es la de que, conjuntamente con el desarrollo de la técnica, se ha ido instalando de manera progresiva un proceso de deshumanización en el mundo de la salud. Este lamento es una realidad universal y, sin embargo, la tecnología se crea y se introduce para el bien del hombre, constituyendo un medio que debe contribuir a la humanización, en dependencia de cómo se utilice.

A menudo, el profesional de la salud y el enfermo se encuentran unidos solamente por aparatos, tubos y toda clase de instrumentos, en los cuales hemos ido depositando nuestra confianza para el desempeño de funciones terapéuticas o de diagnóstico, dejando de centrarnos en la persona. En palabras de Miguel
Delibes: “...La máquina, por un error de medida, ha venido a calentar el estómago del hombre, pero ha enfriado su corazón”. Lo que interesa, es la preocupación por la enfermedad, pero sin ponerle rostro ni nombre, perdiéndose la identidad personal del enfermo. Por su parte, la responsabilidad individual y el mundo de los valores, quedan interpelados por este proceso de deshumanización. Recordemos expresiones
cotidianas como: “Mi turno ha terminado” o “No me pagan por esto”, que dejan al paciente en una posición frágil y resquebrajan los atributos humanos.

La deshumanización surge cuando el hombre no se reconoce a sí mismo como un sujeto moral, condición que le obliga a buscar el bien para la persona vulnerable y a ser responsable de sus actos. Como dice el imperativo Kantiano: “Actúa de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona
del otro, no como un mero medio, sino siempre como un fin”. Cuidar es una tarea ineludible y sólo un alma cultivada puede ayudar a otra respetando su libertad, intimidad y autenticidad.

En el diccionario de Teología Pastoral Sanitaria, Spinsanti define la humanización como “una actitud mental, afectiva y moral, que obliga al agente de salud a repensar los propios esquemas mentales y a diseñar modos de intervención para que se orienten al bien del enfermo (persona que, por encontrarse en dificultad,
no siempre es capaz de formular correctamente su propia necesidad)”.

Esta obra analiza el fenómeno de la deshumanización, pero explora también de manera sencilla y profunda el significado y las implicaciones de la humanización del mundo de la salud y el sufrimiento humanos. Ya desde
el título, el autor nos atrae con la fuerza de un imán; además de presentar el camino de la inteligencia emocional y de la sabiduría del corazón como vía para el establecimiento de correctas relaciones en las profesiones sociales y de la salud, nos plantea un problema bioético fundamental, que analiza con rigor y pasión y nos invita a humanizar nuestros ámbitos por difícil que nos parezca, priorizando la persona
sobre todas las cosas.

Fuente: http://www.cbioetica.org/revista/42/422800.pdf

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